Un joven donante ayuda a sus vecinos hambrientos
No le digas a Emery, de 10 años, que un niño no puede cambiar el mundo.
“No importa la edad que tengas”, dice. “Siempre se puede marcar la diferencia”.
Emery, residente en Salem, lo demostró recientemente cuando donó dinero suficiente al Food Share para proporcionar más de 200 comidas a vecinos hambrientos.
Emery había ahorrado durante todo un año para hacer su generoso regalo. Lo hacía repartiendo el dinero que le regalaban sus familiares en uno de los tres compartimentos de su hucha: uno para gastar, otro para ahorrar y otro para compartir.
“Todos los años ahorro, ahorro y ahorro”, dice. “No se gasta mucho. Me interesa más ahorrar y compartir, porque sin duda tengo suficiente [stuffed animals].”
Cuando las secciones Save and Share de su banco se llenaron, Emery supo que quería ayudar a las personas que pasaban hambre.
“Quería dárselo a todas las personas que lo necesitan porque no tienen suficiente comida”, dice. Pero pensé: “¿Cómo puedo distribuirlo todo?”.
Sabía que el Food Share podía hacerlo.
Emery conocía la misión de Food Share por su participación en la organización juvenil Camp Fire. Ella y sus compañeros del Wolfpack, una rama local de la organización, llevan varios años trabajando como voluntarios en el almacén del Food Share y en la Granja Juvenil.
Deb, la madre de Emery, hizo la donación en nombre de su hija. Dice que Emery le dijo hace poco: “Mamá, cada vez que pasamos por delante de gente que parece necesitar ayuda, quiero hacer algo”.
Emery quiere que personas de todas las edades sepan que no hace falta mucho para tener un impacto, y que tanto adultos como niños son capaces de ayudar a levantar a sus vecinos necesitados.
“El simple ahorro de 10 dólares puede marcar la diferencia para las personas que necesitan ayuda”, afirma. “Aunque sólo ayudes a una persona, marcará la diferencia”.
Al igual que tú, Emery quiere hacer todo lo posible para ayudar a sus vecinos hambrientos. Esperamos que ¡inspirado por su ejemplo!