Cómo ayuda a los vecinos latinos e inmigrantes
La pandemia de COVID-19 ha agravado drásticamente la crisis de hambre en Estados Unidos. La pérdida generalizada de empleo y la disminución de los ingresos hacen que millones de estadounidenses más se enfrenten a la inseguridad alimentaria, y los más afectados son los que tienen más probabilidades de caer en la pobreza.
Según un informe de septiembre de 2020, el problema es más grave a escala nacional entre las comunidades negra y latina, entre quienes no tienen estudios universitarios y entre los niños. Aproximadamente el 20% de los adultos negros y latinos encuestados el año pasado declararon no tener suficiente para comer[i].
Una organización local centrada en la población latina e inmigrante trabaja para responder al aumento de la demanda de alimentos en Salem y las comunidades vecinas. Desde 1988, Mano-a-Mano ha proporcionado a individuos y familias programas que incluyen navegación de recursos, salud comunitaria y asistencia alimentaria.
La organización ha contratado a otros dos miembros del personal dedicados a ayudar a gestionar las despensas de alimentos en sus dos sedes de Salem. Otros miembros del personal cuyas funciones principales son administrativas o de otros servicios al cliente colaboran para garantizar que se cumplen las responsabilidades de la despensa de alimentos.
“Ha sido mucho trabajo, pero me siento bien por haber estado disponibles desde que empezó la pandemia”, dice Ana, navegante de recursos Mano-a-Mano y trabajadora sanitaria comunitaria certificada. “Aunque pasen las semanas, seguimos recibiendo gente que nos visita por primera vez”.
Muchos de esos clientes que acuden por primera vez son el resultado de un amplio esfuerzo de divulgación comunitaria de Mano-a-Mano. La organización ha trabajado para atraer a quienes se sienten estigmatizados a la hora de buscar ayuda, o recelaban de hacerlo debido a los cambios, ahora derogados, de la norma federal de cobro que penalizaba a los solicitantes de la tarjeta verde por aceptar prestaciones públicas.
“Mucha gente tiene que buscar ayuda en [food] por primera vez en su vida”, dice Ana. “Hay muchas dudas a la hora de pedir ayuda, y la gente encontrará [other] maneras: pedir dinero prestado, conseguir un segundo o tercer trabajo, o saltarse comidas para que los niños tengan algo que comer”.
Una vez que los clientes llegan por primera vez y ven que Mano-a-Mano puede proporcionar a sus familias alimentos adecuados, y alimentos con los que están familiarizados y quieren comer, recomiendan a sus vecinos, amigos y familiares, dijo Ana. El pasado mes de octubre, la organización atendió a más de 3.200 familias.
“Hace falta mucha confianza, y lleva tiempo crear esa confianza, pero estamos aquí para hacer ese trabajo”, afirma. “Estamos listos para ayudar a la gente y realmente queremos poder ayudar ahora mismo”.
Su apoyo hace posible que los organismos asociados y las despensas como Mano-a-Mano sigan atendiendo a los vecinos hambrientos durante la pandemia.
Hacer el mayor bien a los vecinos hambrientos
[i]
Schanzenbach, Diane. “No hay suficiente para comer: COVID-19 Deepens America’s Hunger Crisis”, Food Resource & Action Center, septiembre de 2020.